Aquel día cambió el mundo del fútbol tal y como lo habíamos conocido. El fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea protagonizó todas las portadas de los periódicos de aquella época, cientos de horas de radio y televisión… Desde aquel lejano 15 de diciembre de 1995 nada fue igual. En el año en el que se cumple el 30 aniversario, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ha organizado la jornada el ‘Caso Bosman’, en la que relevantes personajes del mundo del fútbol y del deporte han analizado su trascendencia y las consecuencias que tuvo.
Aquella sentencia declaró ilegal que un club tuviera que pagar al anterior una vez había expirado la relación contractual del jugador afectado, también los cupos de futbolistas extranjeros cuando se aplicaran a ciudadanos de la Unión Europea. La demanda de Jean-Marc Bosman contra su club, el Lieja, la Federación Belga de Fútbol y la UEFA, esgrimiendo que la normativa vigente entonces le había privado de fichar por el Dunkerque, tuvo como resultado una sentencia que lo cambió todo.
Diálogo
Celebrada en el Auditorio del Banco Sabadell, y tras unas palabras de bienvenida de Mónica Rein (directora del Banca Privada Territorial Centro del Banco Sabadell), la jornada, englobada en ‘Encuentros AFE’, fue abierta por David Aganzo, presidente de AFE, que puso en valor un caso “que hizo cambiar de raíz el mundo del fútbol”, incidiendo en “la importancia del diálogo” y la enorme relevancia de “Gerardo Movilla y AFE” en el tema a tratar.
A continuación, y bajo la dirección y moderación de María José López, directora Político – Institucional – Jurídico de AFE, tuvieron lugar las siguientes dos ponencias: ‘El marco de la Unión Europea en el ámbito del deporte’, a cargo de Matteo Zacchetti, responsable de la Unidad de Deporte de la Comisión Europea; y ‘Análisis y consecuencias del Caso Bosman’, protagonizada por Juan de Dios Crespo, CEO y director del Departamento Deportivo en Ruiz-Huerta & Crespo Abogados.
Posteriormente, se celebró la mesa redonda ‘Radiografía del caso: efectos de futuro’, en la que intervinieron Gerardo Movilla González, miembro fundador de FIFPRO Europa y expresidente de AFE; Vicente Montes, abogado especialista en derecho deportivo; y Mateu Alemany, abogado, expresidente del R.C.D. Mallorca, exdirector general de Valencia C.F. y exdirector de fútbol del F.C. Barcelona.
El cierre de la jornada, ‘El Caso Bosman en España’, corrió a cargo de Alberto Palomar Olmeda, letrado de la Seguridad Social, Magistrado de lo Contencioso-Administrativo en Madrid y Profesor Titular (Acred) de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III y socio del área de Derecho Público de Broseta Abogados.
Rehenes
Matteo Zacchetti recordó en su exposición que “en los años 90, las leyes protegían a los y las trabajadoras, pero los futbolistas eran rehenes de los clubes. Y por ello, Bosman pagó un precio en lo personal y lo deportivo. Eso sí, liberó a sus compañeros tras una batalla legal que duró 5 años. Hoy en día vive gracias a una pensión social”. El responsable de la Unidad de Deporte de la Comisión Europea considera que “el ‘Caso Bosman’ supuso un punto de inflexión” en un punto tan importante como “la libertad de movimiento de los y las trabajadoras”.
“La Comisión Europea juega un papel importante en el deporte, un bien común”, valoró, porque “es importante el papel social que desempeñan los clubes. Sin olvidar el diálogo social fomentado desde la Comisión Europea”. “El fútbol tiene fuerza económica y social para proyectar una buena imagen”, entiende Zacchetti, que tiene claro que sus operadores “deben sentarse a hablar para encontrar una paz duradera. Y la Comisión Europea debe ser garante de un modelo que debe ser inclusivo y debe apostar por la equidad, la transparencia y la solidaridad”. Al referirse a la Superliga o al ‘Caso Lass Diarra‘, pidió una firme apuesta “por el diálogo para diseñar entre todos un nuevo modelo de gobernanza que garantice una paz duradera. El fútbol es para Europa una fuerza económica, social y cultural”.
Libertad
“Ya años antes del ‘Caso Bosman’ hubo algún caso que no tuvo continuidad”, recordó Juan de Dios Crespo, que centrado en la cuestión a tratar señaló que “la pregunta prejudicial más importante que plantea Bosman es si podía jugar en cualquier país de la Unión Europea”. Por ello, al referirse al exfutbolista belga, cree que dio “libertad a sus compañeros” gracias a una sentencia que “provocó incomprensión”. “Un equipo de ajedrez fue el primero que aplicó la sentencia y hubo gente remisa a hacer lo mismo durante los primeros años. En mi opinión, hay que intentar que las personas se sienten a negociar”, afirmó
Tras evocar que luego llegarían los comunitarios B, los comunitarios C gracias al ‘pasaporte cotonou’, etc., Juan de Dios Crespo resaltó una “sentencia que supuso una revolución en el mundo del deporte que provocó otras posteriores, y eso que Bosman no ha sido respetado por sus compañeros posteriores. Se pegó un tiro en el pie, pero abrió un camino. Hoy en día, FIFPRO le paga un dinero al mes para poder vivir”.
En la mesa redonda ‘Radiografía del caso: efectos de futuro’, Gerardo Movilla González, hace 30 años presidente de AFE, indicó que aquel caso “costó sangre, sudor y lágrimas, pero gracias al esfuerzo de muchos se alcanzó el objetivo. Y es que el futbolista siempre ha tenido claro que quiere ser considerado como un trabajador por cuenta ajena”, ese es el punto de partida, “algo que no se consiguió hasta 1985”.
“Los abogados de Bosman llamaron a AFE y nos pidieron apoyo. Decidimos hacerlo porque era una persona indefensa y el día de la sentencia estuvimos presentes, un momento de gran alegría. Espero que este caso no se pierda en el tiempo”, afirmó Movilla. “En la Asamblea AFE de 1990, ya apoyamos la libre circulación de trabajadores que había aprobado la Unión Europea”, añadió.
“El caso fue tremendo”, señaló Vicente Montes, “pues revolucionó el sistema. AFE fue muy valiente, arriesgó mucho y se la jugó porque no se conocían las consecuencias del caso. Además, la RFEF estaba en contra porque decía que podía afectar a la Selección Española, igual que los clubes tenían miedo a la pérdida de identidad”.
Escuchar a clubes y futbolistas
Desde la perspectiva de un ejecutivo de club, Mateu Alemany destacó que “en los años 80 un jugador de 32 años estaba retenido cuando acababa su contrato. Estaban los derechos de formación y promoción, se ponía un precio al menor de 25 años y si no lo pagaba ningún club, se quedaba donde estaba”. Todo ello cambió “gracias a AFE. Si no hubiera habido un sindicato fuerte como es el caso, hubiera sido difícil cambiar muchas cosas. Cambió el fútbol para bien”, ensalzó. Para el ejecutivo, la sentencia del ‘Caso Bosman’ “fue importante para abrir el mercado” y no perjudicó a las selecciones, “pues España ha tenido éxito después. Creo que ha subido el nivel por estar los españoles rodeados de buenos jugadores”.
Alemany reflexionó sobre una cuestión: “Hoy en día no tiene sentido limitar los mercados, no tiene efectos perniciosos para el futbolista local. Creo que la globalización es buena para todos”. Y sobre el calendario, que tanto debate provoca, denuncia que “no se tiene en cuenta ni a clubes ni futbolistas, que son los actores principales de este negocio, algo que deben entender FIFA, UEFA… Debe haber diálogo y jugadores/as y clubes deben tener peso”. “Sin olvidar a las aficiones”, dijo en este punto Matteo Zacchetti, “pues son las que pagan”, apostilló Juan de Dios Crespo.
“Estamos en un momento apasionante en el mundo del deporte, no sólo del fútbol”, considera Alberto Palomar, para quien la sentencia del ‘Caso Bosman’, que hoy en día está vigente, o la de Lass Diarra tienen una línea de continuidad. Considero que es necesario hacer una reflexión colectiva y refundar el movimiento sobre la base de la ruptura de los monopolios y las unilateralidades”. Por ello, apuesta por el diálogo con el fin de “buscar esquemas de convivencia deportivo”. Y se pregunta, al referirse a la Superliga, “cuáles serán las reglas si se pone en marcha y quiénes las marcarán”.
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